Devolverme las
cualidades
entregarme la voz del pecho erguido.
Todos los días habláis porque tenéis las
cualidades de soltar por la boca y por las manos
lo que creéis perfecciones.
Y vosotros sabéis que podéis juzgar
arrancando el privilegio de la palabra escrita.
—Somos perfectos, llegaremos ‘lejos'',
porque escrito está en vuestros márgenes.
Creéis que podéis proyectar vuestros pensamientos
y queréis convertirme en uno de ellos.
Soy valiente me dijo papá.
—Serás feliz cuando la hoja del resultado consiga llegar
al límite de la perfección
¿De esa felicidad me hablo papá?
Cómo puedo escribir si la idea que
proyectaron en mí fue diferente.
Hablas sólo de lo que el mundo te ha hecho creer que es real,
vanidades, pero eso quién lo va a
saber,
si lo que me dijo papá no se escribe en los
libros.
Cómo voy a escribir, sí lo que he aprendido, no se escribe en las hojas
y cómo voy a proyectar, sí he multiplicado
siempre el reflejo del esfuerzo
y no la intelectualidad.
Vanidades, vanidades de los intelectuales,
pero cómo voy a escribir si lo que sé, no se
puede escribir en vuestras hojas.
Vanidades, pero ellas están delante de mí
y ahora me juzgan porqué un día decidí alejarme.
Quién va a juzgar el escrito de alguien que consigue proyectar
la intención,
para sí mismo, alguien que puedo proyectar
la ilusión, para sí mismo.
Romperé los saberes, porque no
volveré a pensar que soy nada más que un escrito.
—Te conocerán por las palabras,
— y por
los errores incluso incompletos, porque podría haber hecho más si
me hubieras dando la cara de detrás.
Volveré a caer y me dirás que sólo soy
esto, vanidades
—ves, yo también digo incoherencias.
Mejor, idiota, aquel consumado en su
idiotez, aún no sabe que lo es. Mejor que aquel sabio, que no sabe, que es
idiota.
En el primero se encuentra el poeta.
El sabio, jamás podrá salir y
entrar más, en la idiotez.
Él idiota crea y él ''intelectual'' estudia su
estupidez.
¡Contar, contar!
uno,dos,tres,cuatro,unos,tres,cua,uno,dos,tres,uno,dos,tre,uno,dos,uno,dos,
uno,uno,uno
Contar, contar una y otra vez hasta
que la luz sea línea,
arrancarme la espalda antes de
empezar a contar...
Sí, tú y él utilizaron la espalda
para convertirla en el objeto intelectual
pero a mí arrancarme la espalda antes
de empezar a contar ...
llegar a , no es llegar ...
Y una sala llena de manos levantadas,
ventanas cargadas de palabras estudiadas,
buscando el deber en lugar del hacer,
de una mesa inerte que intentaba
apoyar el hueso de un pensamiento perdido.
Todos concentrados. Idiota , dicen
los bostezos de un corazón frustrado…
uno,dos,tres,cuatro,uno,tres,cua,uno,dos,tres,unos,dos,tre,uno,dos,uno,dos,uno,uno,uno…